Acompaño a mujeres curiosas y valientes a indagar en su mundo interior.
En Anelha encontrarás todo lo referente a esa conexión con lo inexplicable de la vida, y en Madre Socialmente lo referente a maternidad, crianza y a crear esa tribu que te sostenga y te acompañe.
Instrumentadora quirúrgica de profesión, he acompañado a mujeres desde hace 8 años en busca de su crecimiento personal y espiritual.
Terapeuta certificada de cristales y obsidiana, Practicante de meditación.
Debido al camino que he recorrido, hoy puedo decir que he transitado entre dos mundos, uno, el de la medicina tradicional, asistiendo a cirujanos en el ámbito hospitalario enfocada en la parte física del ser humano y, por otro lado, comprendiendo que somos más que nuestro cuerpo físico, que somos energía, que somos éter, y dentro de nosotros habita un vasto mundo espiritual.
Una visión que me ha permitido comprender que somos seres totales y complejos, que para estar y disfrutar de un estado de gozo en nuestras vidas, requerimos dar atención a todas las áreas que componen nuestra vida.
Durante mi proceso de embarazo, parto y postparto, me he dado cuenta de que las madres requerimos un acompañamiento continuo, alguien que nos sostenga cuando sentimos que no podemos solas, que nos orienten, que nos ayuden a conectar con nuestro corazón cuando la mente quiera encarcelar a la mujer salvaje, necesitamos la tribu y una escucha activa.
Nací en un pueblo de la costa caribe de Colombia, (Chimichagua, la tierra de la piragua) a los 5 años mis padres me dejaron al cuidado de una tía en Bogotá para que tuviera una mejor educación y un mejor futuro.
A los 23 años tuve mi primera pena de amor, y eso me impulsó en mi camino de conocimiento del ser.
He estado en la completa bancarrota
Ejercí como Instrumentadora Quirúrgica por más de 10 años, los últimos de lleno en las especialidades de gineco obstetricia y Ortopedia.
Me diagnosticaron un quiste de ovario, el cual tenían que operar, pero elegí no operarme y buscar otra opción. Así fue como llegó a mi la terapia de Obsidiana negra, a los 3 meses ya no tenía quiste.
Durante mi embarazo sufrí violencia obstétrica
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